PRINCESA MAYA
Jugabas entre monumentos
de piedra levantados por
plebeyos y esclavos,
aun eras una niña que las
tiernas primaveras veían
florecer como girasoles
radiantes color de sol,
me enamore de ti sabiendo
que eras hija de los dioses.
Mas no me importó olvidar
que yo era un esclavo,
levante mi rostro y me basto
un momento para contemplar
tu belleza y sentir la dicha
de que tus ojos me miraban
de la misma forma en que
lo hacia yo.
El dolor que arrastraba mi
cuerpo por los azotes de
verdugos se hacia minúsculo
cada vez que cerraba mis ojos
recordando tu rostro de diosa,
suspiraba y el viento de la selva
se llenaba de ti diosa maya.
Aquí en mi silencio, en mis
sueños te contemplo como
el ave que vuela entre
la luz de la luna como una
ilusión infinita...!
Luis Montoya Pereira
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